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¿Encuentras la diferencia?

Sam Macbeth
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© Dariusz Sankowski

 

 

Un nuevo programa en la televisión de Reino Unido produjo bastante indignación, el programa se llama:  "Entrena a tu bebé como un perro" en Canal 4. En el documental, el entrenador de animales, Jo-Rosie Haffenden trata a los niños pequeños con una variedad de problemas que incluyen berrinches y arrebatos violentos.

Uno de los métodos utilizados incluía "entrenamiento con clicker", que también se emplea a veces cuando se entrena a perros (el clic significa que se ha recibido un premio por buen comportamiento). Diversos organismos y sociedades relacionados con los niños han sugerido que esto es potencialmente perturbador y deshumanizante.

Si bien no quiero entrar en los problemas morales y éticos de cómo y cuándo los niños aprenden la diferencia de lo correcto y de lo incorrecto, creo que el argumento del conductista tiene su punto. En su forma más simple, el entrenamiento con clicker es el comercio o la negociación básica. Dejando a un lado los peligros de no ser específico en este tema: en esencia, el objetivo es: ‘comportarse de una manera particular (los padres son, creo, los bastiones y modelos a seguir del buen comportamiento) y luego se obtiene una recompensa. Esta premisa básica que los padres (y los niños) usan de una manera muy sofisticada continua a lo largo del tiempo: mientras escribo esto, mi hijo de 8 años está haciendo 15 minutos de deshierbe del jardín (habrá que ver la calidad del trabajo) por un tiempo preestablecido en la PS4.

Ahora, aunque algunos podrían considerar esto un poco duro, la verdad es que si bien siempre hay momentos para actos desinteresados ​​si regalamos cosas (dinero, tiempo, artículos, etc.), sin esperar nada a cambio y no las valoramos, ¿por qué deberíamos esperar que el otro lado las valuara? Lo mismo es, por supuesto, en nuestras vidas comerciales con clientes, proveedores y colegas. Una vez que comenzamos a reconocer problemas con valores diferentes, podemos comenzar a ver el comercio como una interacción potencialmente habilitadora. Esto sugeriría que es todo lo contrario del comportamiento de estilo "deshumanizante".

De hecho, creo que los perros son muy parecidos a los niños. Ambos pueden intentar y conseguir grandes logros, ambos tienen una escucha selectiva, ambos no ven el no como el final.

¡Negociar es una gran habilidad para la vida!

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