La BBC anunció esta mañana un análisis que sugería que el estudio del alemán y el francés como idiomas extranjeros está a punto de alcanzar su punto más bajo en el Reino Unido.
El análisis de la BBC muestra un descenso entre el 30% y 50% desde 2013 en las cifras de los cursos de idiomas GCSE, en las áreas más afectadas de Inglaterra. Mientras que una encuesta independiente de los colegios de enseñanza secundaria sugiere que un tercio de ellos ha eliminado al menos un idioma de sus opciones GCSE.
Esto parece ser especialmente preocupante ya que aquellos de nosotros que vivimos en el Reino Unido estamos a punto de entrar en un momento difícil para averiguar qué significa Brexit, si es que si significa algo y posiblemente nos alejemos aún más de nuestros vecinos europeos y socios comerciales.
La forma en que hablamos de las cosas tiene un efecto increíblemente importante en la forma en que pensamos sobre esos asuntos.
El filósofo Wittgenstein sugirió que el límite del lenguaje era el límite de cómo vemos el mundo, y me parece que cuanto más insulares nos volvemos, más dañino puede ser.
Quizás la mejor cita sobre el tema fue de Nelson Mandela, quien dijo: 'Si le hablas a un hombre en un idioma que él entiende, la idea va a la cabeza. Si le hablas en su propio idioma, la idea va a su corazón”.
Estas dos frases son un poderoso recordatorio de que, si queremos construir el tipo de confianza con la gente que sustenta cualquier tipo de relación, debemos estar hablando a los corazones, no solo a las cabezas.
Este problema volvió a surgir esta semana cuando uno de los participantes en un curso de negociación que estaba impartiendo, me preguntó de que forman los compradores suelen ver a los vendedores y qué podrían valorar en una relación de cooperación. La misma pregunta también puede ser hecha por el otro lado.
Para que los compradores y vendedores se entiendan realmente, el tiempo debe dedicarse a tratar de entender cómo cada lado ve el éxito y qué lenguaje utiliza cada uno para validar y reconocer ese éxito en su empresa.
No vea cómo el otro lado habla y piensa como segundo idioma; apréndalo, participe con él y tal vez pueda ganar tanto en los corazones como en las mentes.