“Entonces, ¿Que estás haciendo sobre el Breixit?” Me preguntó mi madre de 90 años. “¿Por qué debería hacer algo al respecto?” Pregunte. “Porque desde el viernes todas las noticias contienen la palabra Negociación”, me contesto.
Punto a favor. No sólo Teresa y Michael regatean sobre quién debe ser el próximo Primer Ministro, Tom Watson en connivencia con Angela Eagle evitan ser el próximo líder de la oposición, Nicola Stirgeon, busca desesperadamente un socio de negociación en Bruselas – nadie lo será – pero lo más importante es que el gobierno del Reino Unido y Europa con otros 27 jefes de estado, una vez que el proceso de salida ha empezado. Parece haber una gran cantidad de oportunidades de negociación recientemente como resultado de la votación de jueves pasado y se podría pensar que se traducirá en una gran demanda para la formación y consultoría en negociación para ayudar a los negociadores a acelerar el proceso y reducir la incertidumbre que mancha nuestra futura prosperidad como nación, si llegamos a años de acuerdos.
Pero probablemente no será así porque el increíble número de funcionarios que harán el trabajo de negociar el Breixit no necesitan ayuda, a pesar de toda evidencia en contra. ¿Por qué ha tomado 8 años a Canadá llegar (casi) a un acuerdo comercial con La Unión Europea? ¿Por qué Noruega llego a un acuerdo tan pesado con todos los costes de pertenecer al mercado único son un asiento en la mesa? ¿Por qué Suiza, que solía ser el centro bancario de Europa, llega a un acuerdo que sorprendentemente no les dio acceso total al mercado único de servicios financieros? ¿Por qué ha tomado a Turquía 20 años llagar a un acuerdo único de 35 protocolos en su intento de acceder a la Unión Europea? Pregúnteles a los funcionarios que trabajan durante años en estos proyectos, con salarios significativos y con beneficios generosos.
Tengo una gran admiración por los altos funcionarios del Reino Unido. Por lo general pertenecían a la parte alta de su clase en la escuela y la universidad. Muchos de ellos están bien conectados – ellos conocen gente que conoce otra gente. La mayoría de ellos han sido empleados del gobierno durante toda su vida laboral. Son muy inteligentes, bien informados y al tanto de las últimas teorías. Y casi tan inteligentes como Mr Bean. Tal vez lo más preocupante es el hecho de que ellos no lo reconocen por sí mismos. Por lo tanto la formación inteligente no está en su horizonte. Ellos simplemente no creen que lo necesiten.
Aquí está un ejemplo de la ingenuidad. Los defensores de irse, sin duda alentados por sus ayudantes, centraron su argumento económico en nuestro déficit comercial con Europa – que la UE nos vende más a nosotros que lo que nosotros les vendemos. Los fabricantes de automóviles alemanes y franceses, que nos dijeron, no tolerarán aranceles sobre los automóviles si eso significa vender menos coches en el Reino Unido y como resultado reducir empleos de trabajo. Y puesto que Alemania y Francia tienen próximas elecciones, sus gobiernos no querrán negociar acuerdos comerciales con el Reino Unido en una plataforma que se traduce en un mayor desempleo.
Así Boris and Co, presumiblemente, piensan que estos acuerdos comerciales puedan incluirse rápidamente. En realidad, los políticos de la Unión Europea van a jugar duro en su propio interés. Si las tarifas no funcionan, exigirán otras cosas; cosas que nos van a costar y que tienen gran valor para ellos. En otras palabras, negociaran inteligentemente. No porque estén dolidos con el Reino Unido por romper el statu quo. Tampoco porque quieran demostrar a algunos de los otros miembros vacilantes que hay valor en la pertenencia al club. Pero debido a que entienden la naturaleza del juego de poder, la flexibilidad de tiempo y la importancia de ser creativos en la manera de obtener el valor de las concesiones que podrían hacer al Reino Unido. Y los burócratas que tienen que convertir estas ideas en acuerdos tendrán un trabajo duro. Así pues, estas próximas negociaciones serán muy lentas, muy reñidas, a menudo desagradables, y rara vez sencillas.
La única salvación para el Reino Unido es que los funcionarios de la Unión Europea sean en su mayoría como los nuestros. Sólo deseo que todos ellos se miraran al espejo, porque una vez que vean a Mr Bean devolviéndoles a la mirada, debería sacudirlos para que buscaran algunos consejos de los expertos. Como Scotwork.
Saludos Mamá.
Stephen White