Me gusta la navidad, pero no me gusta pagar por ella.
Lamentablemente como padre de 5 hijos, la Navidad puede ser un momento maravilloso y un momento muy costoso. Como cualquier otra persona también me emociono en el periodo previo y me dejo seducir por toda aquella gente que se dedica al marketing, y gasto más de lo que quiero en cosas que nadie necesita, solo para impresionar y convencer de que soy un buen amigo.
Entonces llega enero. La cuenta bancaria se ve bastante poca y la siguiente paga alarmantemente distante.
Leyendo las noticias descubro que una mujer en EE.UU. se ha negado a firmar un acuerdo de $1000 millones como parte de un divorcio de su ridículamente rico marido. ¿Qué está pasando?
La historia es bastante sencilla. Un hombre se casa con una mujer. Los negocios van bien y 26 años más tarde deciden divorciarse. Lamentablemente muchas personas después de pasar los primeros años de matrimonio, parecen despertarse al lado de un extraño y deciden salir corriendo.
La diferencia en este caso es que el marido había creado una riqueza supuestamente de $18 mil millones. La pareja en cuestión son los Hamm, y Harold Hamm es el CEO de Continental Resource, alguien muy importante en la industria del petróleo, y el divorcio está sucediendo en Oklahoma.
Aparentemente el señor Hamm envío un cheque personal a la señorita Ann Arnell (su apellido de soltera) por una cantidad estimada de $1 mil millones.
El cheque fue devuelto sin cobrar. La señorita Arnell dice que la cantidad no es suficiente y que se queda corta. Si yo fuera la señorita Arnell, tomaría el cheque y lo cobraría.
El divorcio crea todo tipo de emociones, la mayoría de ellos desagradables, y me parece que para muchos se convierte en una cuestión de ganar más que lo que podría ser visto como equitativo, justo o razonable.
Si eso se convierte en la fuerza impulsora entonces los ganadores serán los abogados. No estoy sugiriendo que la esposa debe aceptar una cifra inferior a la que se le debe, pero tal vez el camino para que ella pueda ganar pasa por aceptar los mil millones y vivir una vida feliz y plena.
A veces, en una negociación nos centramos en la victoria y perdemos de vista lo que constituye un buen acuerdo para nosotros. Una buena preparación puede ayudar a prevenir esto y nos ayudará centrarnos.
Es sólo una idea.
¡Un feliz y próspero año nuevo para todos!
Alan Smith