A pesar de su amplio y desconocido reparto, un personaje femenino promiscuo, una muerte trágica y un presupuesto minúsculo, Cuatro Bodas y Un Funeral, sigue siendo una de las películas británicas más exitosas que se han hecho.
Hace ya 20 años que se estreno en Gran Bretaña – haciendo estrellas a sus actores, y obteniendo un estimado de $250 millones en todo el mundo. No esta mal para un presupuesto de menos de 3 millones de libras esterlinas.
El proyecto estuvo apartado durante años, hasta que un equipo de producción determinado y comprometido trató desesperadamente de reunir suficiente dinero para que saliera adelante. El guion pasó por más de 17 revisiones y docenas de actores pasaron por la audición y fueron rechazados, hasta que exactamente se encontraros a las personas adecuadas para desempeñar los papeles principales.
Durante el rodaje, para poder ahorrar dinero en transporte, se recogía a los actores por grupos, en vez de coches individuales, por todo Londres. Se les pidió a los aristócratas (quienes eran dueños de sus propios trajes) que fueran extras en las escenas de la boda, y la estrella de cine Andie McDowell se le convenció por un módico precio, todo para asegurar que la película estuviera dentro del presupuesto.
El actor Hugh Grant, quien se hizo famoso gracias a su participación en la película, se incorporo al rodaje por una casualidad. Hubo dos problemas con Grant. El primero fue que Richard Curtis, el escritor, pensaba que Hugh era demasiado guapo para tener problemas con las mujeres. En retrospectiva, ¿Cuánta razón tenia?
El segundo problema, fue el agente de Grant que insistió en unos honorarios de £40.000, en la época totalmente desconocido. Tenía 33 años y sólo había hecho una película de Merchant “Maurice”. Grant estaba £5.000 sobre el presupuesto asignado.
Michael Foster, agente de Grant dijo, “£40.000 y es suyo”.
Ducan Kenworthy, el productor dijo: “Lo siento, creo que no lo entiende. Son £35.000, y si no acepta, entonces nosotros lo perderemos”.
Un gran numero de lecciones podemos sacar para un negociador. La primera es sabe tu límite o posición final. Kenworthy lo tenía claro. Estaba preparado a dejar ir a Grant. Me preguno a quien tenia como sustituto.
La segunda es asegurarse que somos capaces de intercambiar por alguna concesión en lugar de simplemente ceder. Debemos tener variables que nos permitan movernos a cambio de crear valor en otras áreas. Acepto Grant bajar sus honorarios a £35.000 a cambio de una facturación superior en el cartel, un camerino más grande, el primero en comer. Probablemente jamás lo sabremos. Sin duda, una larga y diversa lista de variables que permitan crear valor para intercambiar, es esencial en cualquier negociación.
Y por supuesto, la tercera lección es que a veces en las negociaciones tenemos que apostar a largo plazo.
Grant fue capaz de pedir unos honorarios de £7 millones en su siguiente película.
Me pregunto donde estaría ahora si se hubiese rechazado bajar de lo £40.000.
Alan Smith