Esta semana, el Premio Nobel de Economía 2014 fue otorgado al profesor Jean Tirole por sus escritos sobre la regulación de las grandes corporaciones. El profesor Tirole se hizo famoso en gran parte por su trabajo sobre la teoría de juegos; su libro (junto con Drew Fudenberg) llamado “Teoría de Juegos” no es una lectura fácil. Densamente poblado con ecuaciones matemáticas, el libro trata de explicar el comportamiento de los individuos en un mercado que toma decisiones en función de sus expectativas de cómo podrían reaccionar en un futuro sus clientes, proveedores y competidores. Incluso el primer ejemplo en el libro, que describe como un fabricante de tartas utiliza la teoría de juegos para establecer sus precios de un solo día en el mercado, conseguiría dar un buen dolor de cabeza a la mayoría de la gente.
Hay una ironía en la selección del Profesor Tirole como Premio Nobel, porque se produce en el momento en que una corporación muy grande, el grupo de supermercados británicos Tesco, se encuentra en serios problemas con sus inversores y los reguladores de los mercados debido al descubrimiento de que puede haber exagerado los beneficios del año en curso hasta en cuarto de billones de libras esterlinas. El problema es en como Testo trata los saldos de dinero que opera en sus principales proveedores. Estos saldos incluyen pagos realizados por el supermercado por bienes recibidos y los pagos realizados para promociones comerciales, que se han vuelto cada vez más complejos en los últimos años. Me pregunto si es sólo una coincidencia que este descubrimiento se haya realizado sólo dos semanas después de que David Lewis, el nuevo CEO de Tesco, fuera nombrado. El señor Lewis había sido previamente un alto directivo de Unilever, el mayor proveedor de muchos productos de Tesco, incluyendo los helados que se incluyen de forma habitual para acompañar las tartas.
Es poco probable que Tesco se encuentre solo en su situación – los otros gigantes de supermercados en el Reino Unido, y probablemente los minoristas en otras partes del mundo, tendrán acuerdos similares con sus proveedores y podrían tener problemas de contabilidad similares. La causa subyacente de estos problemas es la incapacidad del mercado para regular la relación entre compradores y vendedores, lamentablemente cierto en el caso de los desequilibrios de poder, tales como las relaciones entre los supermercados y los productores agrícolas, pero incluso verdadera entre dos partes poderosas, como los grandes supermercados y los grandes fabricantes. Cuando las fuerzas del mercado no son capaces de proporcionar una regulación efectiva entonces los responsables políticos deben intervenir y hacerlo, a pesar de que hasta ahora tampoco ha sido efectivo.
Creo que todos ellos necesitan leer este libro del profesor Tirole. Debe ser bueno – su Premio Novel fue de un millón de dólares.
Stephen White