Hay una historia acerca de un mecánico de automóviles que estaba arreglando el motor de un coche que pertenecía a un cirujano cardiovascular eminente. El cirujano llega al taller de reparación, mientras el trabajo aún no ha terminado. El mecánico llama al médico, para que le eche un vistazo al motor.
“Tú y yo hacemos el mismo trabajo, doctor. Yo abro el corazón del coche, le quito las válvulas, reparo y reemplazo cualquier cosa dañada, y entonces lo vuelvo a poner todo junto, cuando esté terminado, va a trabajar como nuevo. Al igual que usted lo hace. Así que ¿Cómo es que yo gano £40,000 al año y usted gana £400,000 al año?
“Ah”, respondió el cirujano, sin ningún rastro de pudor, “se llega a ganar el mismo dinero que yo cuando haces todo lo relacionado con el motor en marcha”.
Esta historia me vino a la mente cuando estaba leyendo sobre el líder norcoreano, Kim Jong-un, quien ha estado ausente de las noticias recientemente, al parecer a causa de una enfermedad. Hoy se reveló que “cirujanos extranjeros” han volado a Pyongyang para operarlo de un quiste en el tobillo. No sé cuál es el precio actual de una operación en el tobillo, pero los honorarios de llamar a un cirujano debe de haber sido colosal.
Uno sólo puede especular que su confianza en sí mismo, mezclado con una dosis de propia infalibilidad, le hizo aceptar el reto. Son hombres valientes. Si el señor Kim hace una recuperación, serán héroes, el menos en Corea del Norte. Pero si no lo hace, podrían estar negociando sus visados de salida por un tiempo considerable, posiblemente desde la cárcel.
En este sentido existe una relación entre los médicos y los negociadores. Al igual que los médicos, los negociadores pueden rendir fácilmente cuenta por los resultados de su trabajo. Serán famosos si todo sale bien y firman un gran acuerdo, y será despreciado si no lo hace.
Pero al igual que algunos médicos, muchos negociadores de alto nivel tienen una visión exagerada de sus capacidades. Tal persona es Dominique Strauss Kahn. A pesar de que se vio obligado a renunciar a su cargo como director gerente del FMI después de un escándalo sexual en 2011, continúa persiguiendo la fama política, ahora posiblemente como el próximo presidente de Francia.
La semana pasado uno de los principales socios comerciales de Strauss Kahn, Thierry Leyne se suicidó, y un montón de malos acuerdos fueron desvelados.
Espero que esto aumente el apetito de DSK por el poder.
Los políticos, advierten. ¿Cuándo ha sabido ellos negociar algo alguna vez? Retórica y palabras – este es más su juego…
Stephen White