Sun Tzu, el legendario estratega militar chino dijo “Para conocer a tu enemigo, debes convertirte en su enemigo”.
Me acorde de esta famosa cita cuando leí una crítica de la nueva obra de Robert Lindsay, Dirty Rotten Scoundrels, en la que Lindsay habla de su pasado político.
Para la gente de mi generación, Lindsay se dio a conocer en su primer papel importante como un marxista desafortunado, en la comedia para televisión, Citizen Smith. Una serie mucho mejor, en mi opinión que la francamente horrible “My Family”, que duró asombrosamente 11 años!!!
De todos modos, Lindsay era notoriamente de izquierda y se decía que estaba resentido por realizar varias obras de teatro político. Él hacia la obra de Becket, cuando Margaret Thatcher estaba entre el público. Después de la obra, ella le envío una invitación a Lindsay para ir a cenar juntos. Lindsay dijo que no. Él no le agradaba mucho y se negó a reunirse con ella, y mucho menos a comer con ella.
Lindsay le cono la historia a su padre, quien era un ferviente sindicalista, quien le pregunto por qué había dicho que no.
Lindsay dijo que debido a sus ideas políticas. Su padre le dijo “bueno, esto no te afecta demasiado, ¿no?, y añadió: “¿Que demonios has hecho?, podrías haber llegado a conocerla mejor, ¡saber como es realmente ella!”.
Lindsay se dio cuenta entonces que su padre era un hombre sabio.
El verdadero problema en un conflicto, es que no somos capaces de ver en todo momento el punto de vista de la otra parte, y esperamos que, o bien desaparezca o sea igual que el nuestro, por medio del poder de nuestro argumento.
Tiempo que podría emplearse de manera positiva o constructiva, ser creativo y buscar soluciones que permitan a ambas partes estar satisfechas, se gasta en la ira, la defensa y la venganza. La intriga remplaza el pensamiento creativo.
Por supuesto, con el fin de crear soluciones que sean satisfactorias para ambas partes, se basa en comprometernos con nuestros oponentes.
De lo contrario su mayor enemigo podría ser usted mismo.
Alan Smith