Después de haber sido el centro de atención durante varios meses, Grecia ha pasado a un segundo plano de la actualidad internacional. De hecho, algunos analistas comienzan a sugerir que la economía está mostrando signos de recuperación y que hay síntomas de un cambio de tendencia. Todavía no se ve la luz al final del túnel, pero por lo menos el túnel va tomando forma.
Hasta la semana pasada. La confrontación entre los tres partidos de la coalición sobre una nueva ley anti-racismo ha vuelto a poner a Grecia a la luz de los focos. Medios griegos y de todo el mundo se han centrado en la propuesta de los dos partidos más pequeños de la coalición de gobierno (Pasok y la Izquierda Democrática) para hacer la vida mucho más difícil a los miembros del partido neo-nazi Amanecer Dorado. El partido mayoritario de la coalición, Nueva Democracia, ha rechazado esta propuesta alegando que sólo lograría aumentar el número de seguidores del partido ultra-derechista.
Sin embargo, hay otras cuestiones menos conocidas que pueden servir para aclarar el conflicto existente entre los partidos, y de las que se pueden extraer importantes lecciones en materia de negociación.
Primero. Un miembro destacado de la Izquierda Democrática es el actual Ministro de Justicia. Creía que Grecia debía dotarse de una mejor legislación anti-racista (ya la tiene, pero está anticuada y por ejemplo no incluye las nuevas redes sociales). Pero en vez de consultar la reforma con el resto de partidos de la coalición, optó por presentar la propuesta ya hecha a los tres líderes de la coalición. El partido conservador, Nueva Democracia, objetó algunos puntos de la propuesta y al mismo tiempo el líder de Izquierda Democrática se mostró inflexible a modificarla. La confrontación está servida.
Primera conclusión:Nunca comience una negociación con la autoridad más elevada porque no habrá una autoridad superior para cambiar las cosas si no hay acuerdo inicial.
Segundo. Nueva Democracia está a punto de celebrar su congreso general, que se celebra cada 4 años. Hay ya miles de cosas en la agenda, y querían evitar que el tema de la ley anti-racismo estuviese también en el candelero. Hubiesen preferido retrasar el tema hasta Julio o Septiembre. El Ministro de Justicia no ha tenido en cuenta este factor.
Segunda conclusión:El factor tiempo es siempre esencial. Lo que a uno le puede parecer un buen momento, puede ser un momento muy malo para la otra parte.
Tercero. La opinión pública está dividida en torno al asunto. No significa que los que estén en contra sean favorables al racismo, sino que creen que no es un tema prioritario teniendo en cuenta el mal funcionamiento de la justicia en el país. Hay cosas más urgentes como éstas: los asuntos penales pueden tardar hasta ¡10 años! en resolverse; las cárceles están saturadas, con los problemas humanitarios que ello conlleva; los jueces usan tecnología anticuada. Vamos, que hay muchas otras cosas de las que el Ministerio de Justica debería ocuparse con más prestancia.
Tercera conclusión:Priorice y combata primero los asuntos más importantes.
Cuarto. ¿Cómo han reaccionado los partidos de la coalición al bloqueo que se ha generado? Los dos partidos minoritarios han decido llevar la propuesta a la cámara de diputados. Nueva Democracia ha creado otra propuesta paralela. La oposición se ha unido al circo y ha elaborado una tercera propuesta. Ninguna de las propuestas tiene posibilidades porque ningún partido tiene la mayoría suficiente. El único partido que no ha hecho nada es el de los nazis (Amanecer Dorado). ¡Si parecen los más serios y todo! De manera que todo lo sucedido ha llevado a que los 3 partidos de la coalición queden mal. Y todavía peor, la imagen del país en su conjunto se ha visto perjudicada.
Cuarta conclusión:Antes de perder por completo la credibilidad a causa de un bloqueo, es mejor tomarse un tiempo para replantearse las opciones. Las negociaciones se parecen más a una maratón (un carrera estratégica) que a los cien metros vallas (dónde sólo se necesita velocidad).
Mientras tanto, todos esperamos que la violencia hacia los extranjeros cese definitivamente y que aquellos que la cometen sean juzgados con la celeridad que nuestra legislación ya establece, pero que nuestros medios impiden implementar.
Yannis Dimarakis